Resulta dificil comprender, por muy “guapa” que sea la chica, que Nereida Gallardo sea un producto más del fútbol, digamos, más que producto, subproducto de la relación con uno de los astros del fútbol actual, Cristiano Ronaldo, al que le ha unido una efímera relación de apenas siete meses, después de los cuales luce, casi al 100% la esplendida figura que la genética, la diosa naturaleza o vete tu a saber, se ha unido en esta desbordante y exuberante conjunción de curvas llamada Nereida.La fama cuesta, hay que empezar a pagar, aunque esta chica, de sólo 24 abriles, parece aprovechar muy bien sus cartas para explotar de manera intensiva y sin desazón el filón del fútbol, (que ya no se nota casi la naturalidad con que cuasi mira la página, ofreciendo un semi-rictus de placer de sus perfilados labios y deja que sol y agua del Mediterráneo recorran para nuestro alborozo, sin apenas obstáculos, el cuerpo de esta efímera diosa del fútbol, efímera por lo de los siete meses, amenaza con seguir deleitándonos con tan atrevidas instantáneas aprovechando su pasado del terreno de juego, de fuera del terreno de juego, más bien.
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